A muchas personas les fascina el chisme, solo para indisponer a las personas.
Andan más preocupadas por la vida de los demás que por su propia vida,
Los chismosos son personas insatisfechas con su vida, y pretenden “vengarse de la vida” haciendo comentarios y murmuraciones de los demás.
El chismoso con sus comentarios hace que las personas a su alrededor estén en constante conflicto.
Lo anterior lo podemos confirmar en Proverbios 26:20 donde dice: Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Dios nos enseña que no debemos murmurar de nuestro prójimo y mucho menos juzgarlo. No estamos libres de pecado para juzgar y lanzar la primera piedra.
En Santiago 4:11dice: Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
A nadie le gusta que hablen de su vida, ni mucho menos que lo juzguen, entonces, ¿por qué juzgar a los demás?
No debemos hacerles a otros lo que no nos gusta que nos hagan; este es un principio básico que todos debemos tener siempre en cuenta, para relacionarnos bien con todos.