El odio es un veneno que nos consume.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14-15
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Marcos 11:25
El odio y el resentimiento es un veneno que consume el corazón, te entristece y no solo te hace sufrir a ti, sino también a los demás; El odio puede provocar enfermedad física o mental.
Todos somos pecadores, todos tenemos culpas que deseamos que Dios nos perdone, pero Dios nos enseña que, si queremos ser perdonados, primero tenemos que perdonar; si no perdonamos las ofensas de nuestro prójimo, Dios tampoco nos perdonará nuestros pecados; El odio nos aleja de Dios.Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:31,32

Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; Hebreos 12:15

El odio es una fuerza destructiva que puede generar violencia, conflicto, división, contienda, discriminación, injusticia…

Dios nos enseña que el perdón es un arma eficaz para evitar o eliminar el odio.

Compartir