EL rol de la madre en la familia es el de amar y proteger a sus hijos, enseñarles lo necesario para vivir y, sobre todo, enseñarles a amar y a respetar a Dios.
La madre es a base del hogar, es ella quien mantiene unida la familia.
No existe un manual para madres, ni mucho menos, se es una excelente madre de forma innata, razón por la cual, debemos estar pidiendo la ayuda y sabiduría de Dios, en todo, para tomar las mejores decisiones.
Es de suma importancia, que la madre esté siempre disponible para sus hijos, para ayudarlos y aconsejarlos.
Una madre ausente provoca que los hijos busquen ayuda y consejo en el lugar equivocado, lo que se traduce en la desviación del camino correcto y los lleva a un camino errado, lleno de problemas y sufrimientos.
Es de resaltar, que es más fácil, prevenir y evitar futuros problemas, que corregirlos;
La madre tiene una gran influencia sobre sus hijos, especialmente durante su formación y desarrollo, influencia que debe aprovechar para enseñarles los principios y valores que le harán ser una persona de bien.
De la misma forma, le corresponde a la madre guiarlo para que conozca más del señor Jesús, y tenga una relación más cercana con Dios.
Es la madre, quien calma y tranquiliza a sus hijos, cuando ellos enfrentan sus miedos y sus luchas.
Ante sus inseguridades, el hijo se refugia en su mamá, y en ella se conforta y se fortalece.
Cuando el hijo tiene una derrota o un gran reto, o simplemente se cae, es la madre quien lo anima a levantarse y continuar, a enfrentar cualquier lucha para avanzar y conseguir su objetivo o llegar a su meta.
La madre debe disciplinar y corregir a su hijo con amor, dialogo, paciencia, tolerancia y buen ejemplo.
Para finalizar, tenga siempre en cuenta que, Dios escucha y responde las oraciones que hace una madre por la transformación y bendición de su hijo.