Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Marcos 3:25
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿ Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21-22
La unión familiar la fortalece y hace que superen todas las adversidades; pero, la unión familiar no nace, se construye.
El amor a la familia todo lo puede y lo perdona; para ello es necesario de hablar con la verdad y estar dispuestos a perdonar.
Ningún problema se resuelve solo, es necesario dialogar para resolverlo. Pero dialogar sin utilizar palabras hirientes y ofensivas. Tampoco es bueno callar, porque el problema se va a convertir en resentimiento, amargura y odio. El tiempo no cura las heridas, es necesario hablar con la verdad y estar dispuesto a perdonar las ofensas recibidas.
Todo problema familiar comienza por la falta de dialogo y respeto. La oración nos ayuda a fortalecer la unidad familiar. Jesús y el Espíritu Santo nos dan sabiduría para afrontar y vencer toda situación negativa que se levante contra nuestra familia.
Es necesario fijarnos más en los dones y cualidades de nuestra familia que en sus defectos. Por lo general nos fijamos tanto en sus pocos defectos que no logramos ver sus grandes cualidades.