Dios nos dio libre albedrio para tomar decisiones en nuestra vida.
En este momento Dios nos da a escoger la vida que queremos vivir junto con nuestra familia;
Podemos elegir entre vida o muerte, bendición o maldición.
Lo anterior lo podemos ver en Deuteronomio 30:19 donde dice: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
La salvación es individual, de cada uno depende si la obtiene o no; pero no olviden que nuestras decisiones también afectan a nuestra familia.
Por ejemplo, si decidimos tener una vida no acorde con la palabra de Dios, eso mismo harán nuestros hijos y por nuestra causa, también serán condenados.
Las decisiones que cada persona tome se reflejaran en la vida que va a tener.
Quien acepta en el corazón al señor Jesús, como su único y suficiente salvador, y practica sus enseñanzas, este será salvo.
No permita que el mundo lo engañe pensando que la salvación se recibe por gracias. Si eso fuera cierto todo mundo sería salvo y nadie seria condenado.
La salvación se recibe por las obras de cada uno, si tiene buenas obras su nombre será anotado en el libro de la vida y será salvo, pero si no es así, será lanzado al lago de fuego.
Pero recuerde, deben ser buenas obras ante los ojos de Dios, no los ojos del hombre.
Esto lo podemos confirmar en Apocalipsis 20:12 donde dice: Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
En Apocalipsis 20:15 dice: Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
De los dos versículos anteriores podemos concluir que nuestro nombre será escrito en el libro de la vida, si y solo si, tenemos buenas obras, de lo contrario seremos condenados y lanzados al lago de fuego.