Maridos, amad a vuestras mujeres.

Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. Colosenses 3:19

La esposa no es la empleada del marido, los hombres deben ser más considerados con ellas. Hoy en día las esposas estudian, trabajan y velan por los hijos, el esposo y en general por el hogar. Es bueno que los esposos compartan los quehaceres del hogar y el cuidado de los niños, sin descuidar la atención que merece su esposa. El hecho que se casen no significa que la esposa pase a ser una propiedad del marido y la descuiden y maltraten, al contrario, deben seguirla cuidando y atendiendo como cuando eran novios, de esta manera se mantendrá el amor. El amor es como una planta que hay que regar a diario.

Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia   Efesios 5:28-29

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1 Pedro 3:7

Es necesario que el Hombre tenga una relación cercana a Dios, para que, de esta manera, sea Dios quien le guíe, le dirige, le enseñe, le capacite y en general le de sabiduría para tomar excelentes decisiones.

Dios todo lo sabe, todo lo ve, y por esta razón, Él sabe que es lo mejor para nosotros; sus planes son mucho mejores que los nuestros. Solo debemos dejarnos guiar. 

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